Ya no eres un nombre que provoca sentimientos del pasado y deseos de futuro, tan solo eres un amigo más con el que hablar y reír, en el que apoyarse, un chico que me gustó y consiguió hacer de mí lo mejor, uno con el que todas mis preocupaciones se olvidaban.
El pensar en ti, me sacaba una sonrisa, ahora, me saca un cerrar y abrir de ojos en el que recuerdo y con el que debo olvidar.
Sé que sigues inmóvil en mi mente y que estarás ahí siempre con cajas llenas de recuerdos y antiguas entradas, perdurarás en un rincón ya sea lleno de luz y cálido como oscuro y polvoriento, nunca jamás me olvidaré de ti, pero lo cierto y bueno es, que has pasado de ser diez lágrimas a ser dos.
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