Friday 15 June 2012

girasoles

Sentada entre girasoles, se paró a pensar en aquel día en el que se enamoró.
De aquellos tiempos de mariposas en el estómago y sonrisas entre las sábanas, empezó a recordar los momentos que echaría de menos:
La manera en la que la abrazaba las noches de frío.
Cómo le susurraba al oído un "te echaré de menos".
Su sonrisa con la que le derretía y conseguía que sus piernas temblasen.
Sus ganas de echar a volar, de vivir cada momento.
Sus manos cogiéndole de la cintura mientras ella quedaba entre sus brazos, cuerpo contra cuerpo.
Las caricias que le hacia sobre su moflete y su manera de quitarle el pelo de la cara para darle esos besos inexplicables en cada semáforo.
La manera en que lo imposible se hacía posible.
Las idas y venidas montados en el coche; uno detrás de otro y con las cabezas y brazos asomados por las ventanillas, sus manos se unían.
Los paseos por su mundo, por el mío.
Los besos bajo la lluvia.

Ahora todo eso son solo recuerdos, suspiros, lágrimas y sonrisas, la torre de un castillo infranqueable por sus murallas y escudos, tardes de café, bolígrafo y papel, numerosas canciones pero sólo una lo bastante él como para hacerla llorar una vez más.