Wednesday 23 May 2012

hablemos de

Un día te levantas y tienes el privilegio de ver despertar Madrid.
Las farolas encendidas, frías por la humedad, por el frío de la noche.
Los pájaros aún posados en el césped se niegan a abrir sus alas para echar a volar.
El césped parte de él, recién regado y otra parte regándose, el sol le alumbra haciendo que haya un resplandor.
El sol sale poco a poco, nos va dando los buenos días, no cambia de posición ni tamaño, se mantiene junto a nosotros.
Tú con tus vestidos y chaquetas helándote los brazos y no las piernas ves salir el sol, la mano te tiembla, pero tranquila, ya queda menos para que despierte Madrid y te deje asombrada con sus calles largas y anchas como Gran Vía o pequeñas y estrechas con gente curiosa como Madera, Espíritu Santo, El Pez... con sus edificios tales como el Palacio Real, la Catedral de la Almudena, el ayuntamiento;  sus estaciones, parques como el Retiro y plazas, como la de Sol y Mayor, llenas de gente bailando, disfrazada, tocando instrumentos...
Por la noche sus calles iluminadas hacen de Madrid única, sus terrazas llenas de gente con cervezas en la mano y alguno que otro cigarro.
Las calles vaciándose, su gente se va yendo, le das las buenas noches.
Suena el despertador, te levantas y Madrid ya ha despertado esperando a que pises sus calles.