Todos los días sufrimos distintos cambios, entorno a la familia, a los sentidos, sentimientos, amigos, entorno a tu vida....
Hay cambios que nos suceden sin apenas darnos cuenta pero aquellos que de verdad sentimos y de los que somos conscientes son los que mas miedo nos dan, porque con ese cambio, con ese suceso, ese nuevo futuro puedes acabar de una manera u otra, puedes ganar o simplemente perderlo todo en tan solo unas milésimas de segundo, acabas o continuas, mueres o vives...
Un cambio es como caerse al vacío, tienes la seguridad que vas a caer pero desconoces cómo va a ser la caída, no sabes que te espera en aquel pozo, pero aún sabiendo que tiene principio y fin, al temer al fin y al desconocerlo, pensamos que es un sin fin de caída libre llena de obstáculos y sentimientos, como una montaña rusa.
Cuando cambiamos de forma de ser, ni nos damos cuenta pero, cuando ese cambio involucra a alguien de tu alrededor o alguien lo sufre y tu junto con él también lo haces es cuando sí que te das cuenta.
Un cambio, un suceso, un giro de aguja, un cambio de sentido, una nueva amistad, una despedida, una muerte, un te quiero... son cambios que hacen que toda nuestra vida cambie por siempre jamás aunque seamos de la idea de que todos tenemos un destino
Por mucho miedo que nos den, debemos aceptarlos y seguir adelante con nuestras vidas por muy difícil que sea, debemos hacerlo, no podemos quedarnos con esa idea, con ese cambio ya que si lo hiciésemos, nos iría destrozando por dentro, nos amargaría.
Esas idas y venidas, esos giros, esos cambios siempre serán una montaña rusa pero han de ser aceptados.